jueves, 31 de julio de 2008

Crítica de "Todos estamos invitados"


TÍTULO: Todos estamos invitados
AÑO: 2008
DIRECTOR: Manuel Gutiérrez Aragón
GUIÓN: Manuel Gutiérrez Aragón, Ángeles González Sinde
REPARTO: Óscar Jaenada, José Coronado, Vanessa Incontrada, Adolfo Fernández, Iñaki Miramón

SINOPSIS: Josu Jon (Óscar Jaenada), un joven miembro de ETA, se recupera en un hospital de una pérdida de memoria, consecuencia de un atentado terrorista fallido, perpetrado por él. Mientras, Xabier (Javier Coronado), un profesor de Universidad, es amenazado por la organización terrorista por sus ideas políticas. Francesca (Vanessa Incontrada), novia de Xavier y médico de Jon, ayudará a éste a recuperar la memoria.


CRÍTICA: La esperada película de Gutiérrez Aragón llegó, y creo que no va a dejar indiferente a nadie. Tras salir del cine me quedé con mal cuerpo, porque no le veo solución al tema del que trata la película, y también con ganas de decir algo, y voy a plasmarlo como bien pueda.
La historia principal quizás no sea espectacular, pero es el hilo conductor de una historia de miedo, una historia con miles de personajes, que viven el día a día de un lugar en la que te puedes encontrar con la belleza de sus tierras y su gastronomía, pero con la violencia y negrura opaca de los que se hacen llamar "gudaris".
También se debe destacar la capacidad del director para crear miedo, que explicaré mejor en el spoiler.
En el apartado actoral quiero destacar a unos grandes secundarios, ya que aquí nadie es el actor principal, ya que la historia pasa de unos personajes a otros con gran maestría, y con pocas palabras conocemos la psicología de cada personaje.
Sé que hacer la crítica de una película de este tipo no es fácil y en realidad no sirve para mucho, ya que es una de esas películas que hay que ver y opinar sobre ella, para demostrar que, ante todo, la libertad de expresión sigue vigente.
En el spoiler pasaré a explicar las escenas que me han llegado de verdad:

SPOILER:

- La cena en la sociedad gastronómica: la conversación entre Miramón y Coronado, la otra conversación en el baño ("si no tuviera nietos si que habría escuchado lo que te dijo"), el aunar la belleza de la comida con la crueldad de la amenaza...

- La escena en que se les dan pautas a los amenazados: La mujer limpiadora y concejala, esos son los verdaderos luchadores.

- La relación de la iglesia con la banda terrorista.

- La llegada a la Universidad de Coronado, rodeado de gente pero a la vez tan solo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Posiblemente la peor película sobre el problema de ETA jamás filmada en el planeta tierra. Superficial, con un guión que más parece ciencia ficción que otra cosa, y un nivel de caricaturización tal de los personajes (acartonados siempre) que una debe preguntarse a qué aspiraba MGA cuando rodó la película. Los fallos en el guión son espectaculares, del tamaño del Cañón del Colorado; hay escenas que directamente sobran (por favor, lo de la escena de la playa es tan increíble como pasteloso), y la única escena en la que el espectador se siente realmente conmovido es ese momento en el que el personaje de Jose Coronado se hunde en el quicio de su puerta y nos permite sentir, aunque sólo sea por un segundo, su inmensa soledad.

En lo político-social, no era esta la película que esperábamos. Todo huele a estereotipo y a manual de libro, pero en absoluto se corresponde con la realidad que viven a diario las gentes del País Vasco. Alguien que no sepa nada de aquella sociedad pensará que todos los vascos son unos cobardes; que toda la iglesia vasca calla; que todos los etarras no sólo son malos, sino además retrasados mentales (que es en realidad la idea que nos trnasmite el personaje de Óscar Jaenada). Es presuntuoso hacer hablar a una víctima (ese "Josu Jon, déjame que te perdone" es francamente insultante desde el punto de vista de las víctimas y MGA no tiene NINGÚN derecho a apropiarse de su dolor), pero la película es también insultante para los cientos de miles de vascos que en su día a día ni callan, ni vuelven la cara hacia otro lado como se insinúa en esta película. Realmente, no sé dónde se habrá documentado mi paisano MGA para realizar este bodrio infumable, pero la repetición de cansinos estereotipos dirigidos a los conversos ya nos tiene bastante cansados. Si quieren ver una buena película, aunque no sea ficción, sobre el conflicto y escuchar entre otras la voz de las víctimas del terrorismo, prueben con La Pelota Vasca de Julio Medem. "Todos estamos invitados" se ríe del espectador inteligente, y de la película necesaria y valiente que puede ser, se ha convertido en el hazmerreír de los aficionados al cine con un retrato torticero, falsario, plano y falto de valor de una sociedad que es infinitamente más compleja que eso.

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